El agua es imprecindible durante el embarazo, siempre y cuando el ginecólogo no indique lo contrario. Beber agua de forma regular mejora los intercambios desde el punto de vista celular, depura la sangre de toxinas y favorece el buen funcionamiento del intestino. A partir del tercer mes de embarazo, la necesidad de agua aumenta sensiblemente: se require entre 1,5 y 2 litros de agua diarios.
Esta cantidad no debe consumirse únicamente a través de las bebidas, sino que procede también de las frutas y verduras frescas. Recuerda que la comida contiene agua.
El agua mineral es quizás la más adecuada, especialmente las aguas de mineralización débil. No obstante, si el agua del grifo de casa no es excesivamente dura y es pobre en nitratos, también se puede beber a diario.