Para que los pies de tu hijo se desarrollen correctamente es importante que los zapatos sean adecuados y de buena calidad. Te ayudamos a escoger los primeros zapatitos de tu bebé para que sepas en qué aspectos fijarte a la hora de ir a la tienda. Toma nota de estos 10 consejos para elegir los primeros zapatos del bebé.
Cuando son tan pequeñines los huesos son mucho más blandos, casi como cartílagos. Lo que debemos tener en cuenta a la hora de escoger zapatos es:
- Que la horma sea recta (lo sabemos al verlos desde abajo, porque no se distingue cual es el zapato derecho y cuál es el izquierdo). Una horma inclinada hacia fuera (como el calzado adulto) podría deformar los dedos.
- Que la puntera del zapato sea redonda, cerrada y con espacio suficiente para que el bebé pueda mover los dedos.
- Lo más aconsejable sería que el zapato se abroche sobre el empeine o la lengüeta, para que el pie esté sujeto y al mismo tiempo tenga movilidad.
- El mejor material es la piel porque facilita la transpiración y es bastante flexible. Los peores son los de plástico, intenta evitar este material.
- El contrafuerte de la parte de atrás debe tener sujeción, pero que no sea excesivamente rígido. Y que no llegue mucho más arriba del talón (justo por encima de la altura del talón es perfecto), para que permita la flexión del tobillo.
- No son aconsejables las costuras en el forro de los zapatos, porque la piel de los pequeños es muy sensible y las costuras podrían hacerle daño.
- La suela, mejor que sea de un material ligerito y flexible. Que no supere los 5 mm de grosor ni tampoco esté por debajo de 3 mm.
- Además sería recomendable que la suela tuviera un dibujo multidireccional para evitar el deslizamiento del pie sobre el suelo.
- Todos los tipos de zapatos son recomendables mientras cumplan los requisitos que te estamos enumerando. Puedes comprar tanto botas, como zapatos, o deportivas que se ajusten a este perfil. Tan sólo evita las zapatillas de loneta o suela de plástico.
- Los podólogos tampoco son muy aficionados a recomendar mocasines o chancletas porque no sujetan bien el pie y obligan a los niños a hacer un mayor esfuerzo mientras caminan.