Bañarle, secarle, aplicarle la crema, vestirle… Son pasos de un ritual cotidiano que muy pronto se convertirá en uno de los mejores momentos del día, tanto para ti como para tu hijo. La hora del baño es una rutina diaria que no sólo incluye lavarle y secarle, es un momento del día destinado a una sesión completa de aseo que servirá para intensificar vuestra relación.
Es importante que prepares la hora del baño. Repasa todo lo que vas a necesitar y déjalo a mano, es importante que hagas esto porque no puedes dejar a tu hijo solo bajo ningún concepto en el momento del baño y el aseo.
4 reglas de oro para el baño y aseo de tu bebé:
- SUJÉTALE CON FIRMEZA. Coge al bebé con una mano y con la otra enjabónale el cuerpo y vete echándole agua con una esponja natural. Para evitar resbalones puedes utilizar una bañera anatómia en la que el bebé queda pefectamente sentadito.
- UN MASAJE PARA RELAJARLO. Para que el masaje le resulte agradable, debes preparar el ambiente. Caldea previamente la habitación y túmbale sobre una toalla de tacto suave. Frótate las manos para calentarlas y, a continuación, hazle un masaje suave con la crema hidratante.
- EVITA IRRITACIONES. Antes de ponerle la crema antiescoceduras, debes secar bien su culito, sobre todo, en los pliegues. Tras aplicar la crema, levántale las piernas con una mano y con la otra coloca el pañal debajo de su culito. Separa sus piernas y abrocha el pañal.
- VÍSTELO CON MUCHO CUIDADO. Los bebés son muy frágiles y hay que vestirles con movimientos muy suaves. Cuando tengas que ponerle un body, pasa primero la cabeza, después los bracitos y para terminar levántale las piernas y tira hacia abajo de la prenda.