No tenías ni idea de que podrías estar embarazada (esas cosas pasan) y has estado fumando y bebiendo. Antes de nada deja por completo el tabaco y el alcohol y visita a tu ginecólogo.
Lo mejor durante el embarazo es no fumar absolutamente nada. Si no has podido, déjalo ahora que te has enterado. Y si no eres capaz así de golpe, redúcelo todo lo que puedas para no hacer daño al bebé. Si no funciona busca ayuda profesional, porque el tabaco afecta directamente al peso del bebé, puede provocar partos prematuros, y se le relaciona también con el desprendimiento de la placenta y la muerte súbita infantil.
En cuanto al alcohol, consumirlo en exceso es muy nocivo, sobre todo durante el primer trimestre, momento en el que se están formando los órganos del feto. Tomar más de cuatro copas al día podría causarle síndrome fetal al bebé. Pero si sólo te has tomado alguna copa un día, no tienes que preocuparte lo más seguro es que no haya causado ningún daño. Pero ahora déjalo por completo.