Para ir con tu bebé, el coche siempre resulta mucho más cómodo y seguro. Pero en ocasiones no nos queda otro remedio que utilizar el transporte público. Basta con que tengas algunas cosas previstas para que el viaje te resulte mucho más fácil.
Planifica el viaje antes de coger el metro o el autobús. Asegúrate siempre de que puedes encargarte de todo sin ayuda, si vas a viajar sola. Y sobre todo sal con mucho tiempo de antelación cuando tengas una cita importante, para no tener encima el estrés de llegar tarde.
- Si vas en metro, intenta que las estaciones de entrada y salida tengan ascensor, si no deberás pedir ayuda para subir y bajar las escaleras. Una forma de evitar esto es utilizando el portabebés, pero si eliges esta opción lo mejor será que evites las horas puntas del metro para que no te agobie la falta de espacio.
- Si vas en autobús, lo normal sería que te cedieran el asiento al ir con tu bebé. Sin embargo estas son normas de educación que no siempre se cumplen. Y además el autobús tiene el problema añadido de que no se permite subir el carrito desplegado (excepto en algunas ciudades como Oviedo y Barcelona). De esta manera deberás plegar el carrito y sujetar a tu bebé en brazos. En movimiento esto resulta bastante complicado, porque llevarás a tu bebé en un brazo y el carrito en la otra mientras intentas mantener el equilibrio, por eso hace años que se viene reivindicando la posibilidad de incluir sistemas de sujeción especiales para bebés en los autobuses. De momento mi consejo es que evites viajar en autobús mientras tu bebé sea muy pequeño.