Según los expertos hay un grupo de factores que favorecen la obesidad infantil… Con esto te haces una idea de cuáles pueden ser. Seguro que has dado en el clavo en alguno porque en la sociedad en la que vivimos no es difícil descubrirlos.
Por un lado, el sedentarismo de nuestros pequeños está cada vez más acentuado dado que existen demasiados estímulos, por ejemplo, los videojuegos o la televisión. Además, también influye el estrés que hace que sus padres o tutores no tengan tiempo para preparar un buen bocadillo. No es extraño que opten por la cómoda bollería industrial ya preparada, envasada y lista para consumir.
Sin duda alguna aparece un mal estilo de vida en cuanto a la alimentación, las consecuencias son nefastas si este estilo perdura por mucho tiempo. En Blog de bebés nos preocupamos por la salud de tus hijos, por ello, te traemos este artículo sobre la obesidad infantil, veremos sus causas y los tratamientos existentes para controlarla.
¿Qué es la obesidad infantil?
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera que una persona tiene obesidad cuando su Índice de Masa Corporal (IMC) es igual o superior a 30. El IMC se calcula dividiendo el peso de la persona en kilogramos entre su estatura en metros al cuadrado.
La obesidad infantil se presenta cuando los niños acumulan una cantidad significativamente mayor de tejido adiposo o grasa en sus cuerpos, lo que puede llevar a un peso corporal por encima de lo considerado saludable para su edad y estatura. Esta situación puede ser resultado de diversos factores, que incluyen una dieta desequilibrada, falta de actividad física, influencias genéticas, sociales y emocionales, entre otros.
Además de tener un impacto en el aspecto físico del niño, la obesidad infantil también puede tener consecuencias graves para su salud, como un aumento del riesgo de padecer enfermedades metabólicas, cardiovasculares y psicológicas.
“La obesidad infantil se ha convertido en una pandemia (…) que tiene como origen una cadena causal compleja”, así lo expresa la Revista Salud Uninorte en un artículo de revisión publicado en 2017.
Asimismo, el endocrino del Hospital Casa de Salud de Valencia, el doctor Lorente, destacó que «la culpa del cada vez mayor número de obesos infantiles en nuestra sociedad se debe a un conjunto de factores como el sedentarismo: los juegos de ordenador, mucha horas de televisión o el aumento del consumo de bebidas de refrescos no light».
Tipos de obesidad
Existen diferentes tipos de obesidad infantil basados en factores como la causa subyacente, la distribución de la grasa en el cuerpo y otras características específicas. A continuación, se mencionan algunos tipos comunes de obesidad infantil:
- Obesidad exógena: se desarrolla debido a factores externos: una dieta poco saludable, falta de actividad física, hábitos alimenticios inadecuados y estilo de vida sedentario.
- Obesidad endógena: es causada por factores genéticos y hormonales. Algunos niños pueden tener una predisposición genética a acumular grasa o tener alteraciones hormonales que contribuyen al aumento de peso.
- Obesidad visceral: implica un exceso de grasa alrededor de los órganos internos, por ejemplo, el hígado, el páncreas y los intestinos. La obesidad visceral se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas, como la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
- Obesidad androide: también conocida como obesidad tipo «manzana», se caracteriza por la acumulación de grasa principalmente en el área abdominal y alrededor de la cintura. Además, está relacionado con un mayor riesgo de problemas cardiovasculares.
- Obesidad ginoide: se le conoce como obesidad tipo «pera», aquí la grasa se acumula en las caderas y los muslos. Aunque este tipo de obesidad puede ser menos perjudicial para la salud que la obesidad androide, aún puede tener riesgos asociados.
- Obesidad metabólicamente saludable: algunos niños suelen tener un peso corporal más alto, pero mantener niveles saludables de presión arterial, azúcar y lípidos en la sangre. Sin embargo, esto no significa que no haya riesgos a largo plazo asociados con la obesidad, incluso en estos casos.
Causas de la obesidad infantil
Según Lorente, la obesidad infantil «es uno de los temas más preocupantes en la sociedad actual debido al cada vez mayor número de niños gordos», y puntualizó que las últimas estadísticas sobre este tema «indican que la prevalencia de esta dolencia es cada vez mayor y ha aumentado mucho de unos años a esta parte».
Entre las causas más comunes se encuentran las siguientes:
1. Dieta poco saludable
En el artículo científico titulado “Prevalencia de obesidad infantil y hábitos alimentarios en educación primaria”, vemos cómo la alimentación es un factor crucial en la obesidad infantil. Un error es mantener hábitos dañinos en la alimentación de los niños, por ejemplo, alimentos altos en calorías, grasas saturadas, azúcares y productos procesados.
En este grupo de alimentos encontramos productos como las gaseosas, perros calientes, hamburguesas, que en exceso pueden aumentar el pesos de los niños.
2. Binging
Otro factor causante de la obesidad infantil es el binging o binge eating, el cual es un término que se refiere a un trastorno alimentario caracterizado por episodios recurrentes de ingesta excesiva y descontrolada de alimentos en un corto período de tiempo. Incluso lo hace aunque no tenga hambre, además, es común que deje de hacerlo hasta sentir una incomodidad física.
Es usual que esta condición ocurra por ansiedad, estrés o como una forma de afrontar la depresión. Por ese motivo, es importante que los niños reciban ayuda psicológica (si es el caso) para descartar dicha patología.
3. Falta de ejercicio
El ejercicio es un recurso ideal para bajar de peso, esto incluye la obesidad infantil. Por ende, a los niños hay que inculcarles el hábito de la actividad física con el fin de evitar el sedentarismo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 150 minutos de actividad física moderada a intensa por semana para adultos, y al menos 60 minutos de actividad física diaria para niños y adolescentes. Estas actividades pueden incluir caminar, correr, andar en bicicleta, nadar, hacer ejercicios aeróbicos, entre otras.
4. Historial de obesidad en la familia
También conocido como predisposición genética a la obesidad, se refiere a la presencia de antecedentes familiares de personas que han tenido problemas de peso o han sido diagnosticadas con obesidad. Cuando hay un historial de obesidad en la familia, existe una mayor probabilidad de que algunos miembros también puedan desarrollar esta condición.
La genética influye en la forma en que el cuerpo almacena y procesa la energía, así como en la regulación del apetito junto al metabolismo. Por otro lado, es importante tener en cuenta que la predisposición genética no es un destino inevitable. Si bien los genes pueden jugar un papel en la obesidad, otros factores, como el estilo de vida, la dieta y el nivel de actividad física, también tienen un impacto significativo en el desarrollo y control del peso corporal.
5. Enfermedades médicas (problemas endocrinológicos o neurológicos)
Algunas enfermedades médicas, especialmente problemas endocrinológicos o neurológicos, pueden estar relacionadas con el desarrollo de la obesidad. Entre estas condiciones, se encuentran las siguientes:
- Hipotiroidismo.
- Síndrome de Cushing.
- Síndrome de Prader-Willi.
- Hipogonadismo.
- Síndrome metabólico.
- Tumores cerebrales o lesiones.
Las anteriores condiciones afectan el metabolismo, el control del apetito y el almacenamiento de grasa, lo que puede contribuir al aumento de peso. Lo ideal es buscar atención médica para un diagnóstico y tratamiento adecuado si se sospecha que alguna de estas condiciones está relacionada con la obesidad.
Otras causas de la obesidad infantil incluyen: ciertos medicamentos como esteroides y algunos fármacos psiquiátricos, situaciones estresantes en la vida como separaciones, divorcios, mudanzas o fallecimientos de familiares, problemas familiares, baja autoestima, así como la presencia de depresión u otros problemas emocionales.
Tratamientos para obesidad infantil
Los tratamientos para la obesidad infantil son cruciales a la hora de evitar problemas a futuro. Es posible que el pediatra recomiende cambios en los hábitos alimenticios (lo mejor es que sea analizado por una nutricionista).
Por lo tanto, para frenar esta problema los expertos recomiendan volver a la alimentación tradicional y evitar la bollería industrial o snacks. Además, destacan la importancia de la educación en los colegios con clases sobre buena alimentación y nutrición y la prohibición de las máquinas expendedoras de comida basura en los centros estudiantiles.
Además, los especialista insisten en que en los tiempos que corren muchos jóvenes deben aumentar la actividad física, reducir las horas de televisión y videojuegos y mejorar los hábitos de alimentación.
En resumen, se recomienda lo siguiente:
- Cambios en el estilo de vida.
- Orientación nutricional.
- Programas de actividad física.
- Terapia conductual.
- Apoyo psicológico.
- Participación familiar.
- Tratamiento médico con medicamentos para casos severos.
- Prevención de complicaciones.
En definitiva, la obesidad infantil tiene consecuencias negativas para la salud física y emocional de los niños, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y trastornos emocionales. Por lo tanto, es crucial abordar esta problemática desde una perspectiva integral, involucrando a los padres, educadores, profesionales de la salud y a toda la comunidad.