Hasta el año de edad la temperatura corporal de los bebés es diferente a la de los adultos. Es posible que tu bebé tenga alguna décima por encima de los 37 grados, sin embargo eso no quiere decir que tenga fiebre así que no te alarmes. Te damos los valores aproximados para saber si tu niño tiene fiebre (valores de temperatura interna que debes obtener a través de la medición rectal).
- Hasta los 37,5 grados no hay nada de qué preocuparse. Los bebés tienen una temperatura corporal mayor, porque durante el crecimiento el metabolismo es más activo, y por lo tanto produce más calor. Como el cuerpo aún está sin desarrollar, le cuesta mucho más eliminar este calor.
- Entre los 37,5 y los 38,5 grados, los médicos lo denominan «febrícula». Si el aumento de temperatura es reducido, no se debe suministrar ningún tipo de fármaco al bebé. Esta temeratura no constituye un riesgo para el bebé si no que por el contrario constituye un método defensivo eficaz contra la agresión bacteriana o viral. Lo único que sí debes hacer cuando tu hijo experimente una temperatura corporal que oscile entre esas cifras, es mantener la situación controlada, y comprobar a menudo si la fiebre aumenta. Solo se le debería dar un antipirético si el niño se encuentra mal.
- Más de 38,5 grados. A partir de esta temperatura, el bebé tiene fiebre y debes intervenir rápidamente para bajársela. Debería suministrársele un antipirético (sobre todo si ves que tiene als manos frías). Si aún así no le baja la fiebre, desnúdalo y dale de beber, ya que con la fiebre los niños pierden mucho líquido. Otra buena idea para hacer que se le baje la fiebre es aplicarle compresas frías en la frente.