En Navidad los excesos están a la orden del día y si no somos capaces de controlarnos los dolores de barriga también estarán presentes! Pero las consecuencias pueden ser incluso peores si hablamos del exceso de alimentos innecesarios para nuestro organismo, pero atractivos y sabrosos. Es el caso de las chucherías.
Durante la época festiva tenemos la mano más abierta y permitimos que nuestros pequeños coman más «chuches« y nosotros tampoco nos cortamos, pero debemos hacer un esfuerzo por controlarlo porque los problemas de salud asociados conforman una lista que da miedo.
El abuso de dulces predispone a la obesidad, a la diabetes, a las caries y a ciertos problemas cardiovasculares.
En la época navideña es cuando se cometen más exceso a la mesa, y durante la sobremesa las bandejas con turrones y otros dulces son una constante que permanece demasiado tiempo frente a nosotros. Incluso cuando estás lleno no puedes evitar estirar la mano para alcanzar algún rico turrón…o al menos eso es lo que me pasa a mí!
Y los más pequeños, además, comen más chucherías durante la Navidad que durante el resto del año. Sus divertidas formas las hacen bien apetecibles, plátanos, huevos frits, moras, fresas…es abanico en tremendo y su sabor agradable y dulce.
Sin embargo, sus aportaciones a nuestra dieta son negativas; no aportan nada extra que necesite nuestro cuerpo y su exceso de azúcar las convierte en un manjar poco recomendable.
Las gominolas contienen zúcares, jarabe de glucosa, agua, gelatina, aromas, colorantes y otros ingredientes y si en lugar de estar cubiertos de azúcar brillan es porque en su elaboración se han utilizado aceites y ceras. Pero ninguno de estos ingredientes son necesarios ya que hay alimentos que aportan esos nutrientes en proporciones más equilibradas.
Así, cada vez que consumimos chucherias, ingerimos grandes dosis de azúcares y aditivos que no tiene consecuencias negativas directas para su salud pero que, en lo que respecta al azúcar, por su vinculación con la obesidad y la caries, deben consumirse sólo en contadas ocasiones y con moderación.
Así que aunque la Navidad es una fecha especial lo mejor es no excederse en el consumo de dulces, sobre todo de golosinas, y sobre todo hay que controlar que toman nuestros pequeños, porque ya sabes…a ellos les encanta y no se ponen límites! Por muy contentos que los hagas piensa en su salud, de mayores te lo agradecerán!
Vía: Consumer
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