Los peques acaban de comenzar hace pocas semanas la dura vuelta al cole y para nosotros, los papas, también es difícil porque hay que volver a ajustar horarios y decidir cómo ocupar las horas de nuestros niños cuando no estamos con ellos. Muchos optamos por apuntarlos a actividades extraescolares para que se lo pasen bien, estén ocupados y aprendan algo diferente a lo que le enseñan en el cole.
Sin embargo demos hacerlo con moderación; no podemos ocupar todas sus tardes! Ellos tambiénnecesitan tiempo libre!Muchas veces no somos empáticos con nuestros hijos y olvidamos aquellos que pensábamos cuando éramos niños. Recuerdo sentirme agobiada a muy temprana edad al estar «apuntada» a demasiadas actividades extraescolares. Salía de una y tenía media hora para comer mi merienda y llegar a la siguiente.
El estres infantil es un hecho y sin duda una de sus causas son los ajustados horarios que muchas veces lo padres obligamos a hacer a nuestros pequeños.
Por un lado pensamos en ellos, en su aprendizaje y su diversión, pero por otro lado somos egoistas y pensamos en nuestra comodidad; mientras trabajamos ellos están ocupados aprendiendo a tocar el piano o jugando al baloncesto y no tenemos que pensar en ellos hasta la hora de la recogida, pordemos despreocuparnos.
La comunicación es fundamental y este plan de horario completa de actividades es válido para muchos niños, pero no para todos. Hay chicos más reflexivos y tranquilos que prefieren leer, jugar solos, pintar…debes preocuparte por sus opiniones acerca de sus ocupaciones semanales, porque si bien la escuela debe ser algo «obligado-consentido», las actividades son un complemento que el niño tiene que desear hacer.
Bueno, esta es mi opinión…jamás obligaría a mis hijos a hacer algo que no les gusta fuera de su educación escolar estrictamente necesaria, a mi parecer. Porque si no le gusta tocar la guitarra y los obligamos a aprender contra su voluntad, después le costará más decidir y saber qué es lo que quiere. Y esto os lo digo con conocimiento de causa…muchas veces he hecho lo que querían mis mayores sin saber si realmente es lo que yo quiero.
Por lo tanto creo que debemos compartir opiniones con los pequeños, tener en cuenta sus gustos y su forma de ser e intentar que cada día tenga varias horas para hacer «lo que quiera», ese tiempo libre, íntimo, individual, que todos necesitamos…incluso los más pequeños!
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