Hace unos días quedé con un familiar mío que tiene dos hijas pequeñas; la mayor tiene ocho años y la peque la mitad, cuatro. Llevé mi cámara de fotos porque me apetecía tener retratos de las niñas, son muy bonitas, y cuál fue mi sorpresa cuando ellas empezaron a poner poses cual modelo!
Debo reconocer que me asusté porque sus actitudes eran muy adultas, claramente influenciadas y copiadas de la tele…consecuencia más de su educación social?. ¿Realmente esas niñas quieren ser «guapas» y «atractivas» o es la educación la que las obliga a quererlo?
Copian poses que ven en revistas, programas e incluso, esas posturas irreales que adquieren las muñecas con las que juegan. Quieren tener el pelo largo y vestir con minifalda y si es posible incluso con bolso y tacones. No quieren ir a la playa sin la parte superior del bikini, porque de lo contrado se les vería «todo» (¿?¿?) y sus expresiones faciales cuando se enfrenta al flash son dignas de un estudio social.
¿Qué está pasando con la inocencia infantil? Con nuestras niñas y sus combas, sus persecuciones en el patio del colegio, sus competiciones de natación? Muchas ya no quieren hacer deporte sino ponerse guapas y «hablar con chicos». Empiezan a maquillarse a y elegir su ropa cada vez antes y su desparpajo raya el límite entre lo infantil y lo adulto.
He visto a muchas madres explotando la belleza infantil de sus pequeñas con anuncios en revistas y en Internet en busca de una oportunidad para que sus «mini-modelos» se sometan a sesiones de fotografía para aperecer en alguna revista de moda infantil de tres al cuarto. A cambio, un poco de chatarra para los papis y su sonrrisa y la perdida de unas cuantas horas o días de juego para el/la modelo en cuestión, en el mejor de los casos.
Lo que más me preocupa de todo este asunto es que los padres «obliguen» a los pequeños a apreciar la belleza desde tan jóvenes, a perder sus posturas infantiles por otras adultas que llegan a resultar lascivas cuando llegan al extremo (no en la mayoría de los casos, pero ocurre) y sí, que la sociedad influencie tanto a los peques que les haga sentirse bien o mal con su cuerpo o su ropa cuando apenas saben hablar correctamente.
Este tema me asusta y me hace pensar en nuestra responsabilidad como padres…dónde está el límite entre educar y socializar? Son ellos los que quieren salir por la tele o somos nosotros los que queremos realizar sueños frustrados, lograr objetivos propios, mostrar a los demás que nuestros niños son más guapos?
Supongo que mi conclusión es que es un trabajo en equipo. Nosotros, los papas estresados de hoy en día, queremos ver a nuestros hijos triunfar y ser los mejores desde el principio; lograr objetivos que se frustraron para nosotros, ser exitosos cuando su única cualidad es ser pequeñ@, bonit@ y gracios@.
Por su parte, los niños se limitan a repetir lo que ven y sienten que es «bueno». Porque el éxito se percibe incluso por un niño pequeño. Los aplausaos en televisión, los anuncios, causantes de sensaciones, la estética de los «modelos» que promocionan productos que venden felicidad también llegan a los peques.
Y encima, ellos también tienen sus propios modelos…las estrellas Disney están arrasando y sus peinados, posturas, vestuario y estética está siendo reproducidos por millones de niños alrededor del mundo…mi visión y mi palabra final? Escalofriante…y como ya he dicho muchas veces antes, la única solución está en tus manos y es tan sencilla como una educación cercana y rica en valores.