A partir de los seis meses notarás cambios cada vez mayores en tu bebé y empezará a reirse de verdad. Ya no sonreirá como cuando es más pequeñito, sino que empezará a reirse a carcajadas, algo que a ti te encantará y buscarás conseguir a cada momento. Sin embargo debes limitar los momentos de risa de tu bebé; no debemos exagerar.
Hay una serie de actividades y juegos que te ayudarán a hacer reir a tu bebé, ejercicio muy bueno ya que involucra los músculos internos, masajea el abdomen, estimula el intestino y favorece la digestión de la criatura.
Además, cuando aprende a reir el niño se siente más tranquilo y relajado y así encuentra placer. Sin embargo, no podemos pretender que el bebé esté sonriendo todo el día porque también habrá momentos para pasarlo mal y debe pues aprender a expresar su dolor llorando (algo innato que hará desde el primer día, no te preocupe)…pero esto es algo que no debemos potenciar como la risa.
Con esto quiero decir que debemos respetar su forma natural de expresión y si el niño se muestra apático y a pesar de nuestros esfuerzos no ríe sino que llora tenemos que buscar el por qué. Quizás lo hayamos asustado o puede que le duela algo…fíjate en los síntomas. No intentes hacer reir al bebé a toda costa.