Los bebés nacen con una serie de cualidades innatas y la inteligencia artificial es una de ellas. Sin embargo, su desarrollo, en mayor o menor medida, depende del contexto en el que el bebé crezca y de su forma de interacción con el medio y la gente, y ahí entras tú. Ayúdale a desarrollar sus emociones!
El desarrollo de la inteligencia, los reflejos, la fuerza, los sentidos…y muchas otras facultades humanas es fundamental para el bebé, pero nunca debemos olvidarnos del aspecto emocional, pues de ello dependerá en parte cuán sentimental será el adulto resultante. He aquí unas pautas más que sencillas que posiblemente ya sigues:
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Pasa tiempo con tu bebé: lo que principalmente necesita un niño es sentir que sus padres están cerca para protegerlo y darle cariño. Es la forma de estimular el aspecto emocional de una forma natural y completa. Este punto lo cumples seguro!
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El enfado no es la solución: mostrar tu ceño funcido cuando el bebé hace algo malo es una barrera emotiva. Es un cierre de cara al mundo e impide que el niño aprenda lo importante que es implicarse para resolver un problema, pues se cierran opciones y se crea el llanto.
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Pon reglas y muéstrate firme: el niño debe aceptar una serie de reglas impuesta por ti. Deben ser sencillas, pocas y justas. Le eyudarán a entender que hay reglas que no debe soprepasar.
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Caricias y alegría: intenta ser afectuoso con tu hijo; sonríele y bésale a menudo. Hazlo también con tu entorno (si te sientes cómod@ claro) porque esto hará entender al niño que es normal y lo reproducirá.
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No a los caprichos, sí a los deseos: no le compres de todo antes incluso de que lo pida (con los amigos y la familia tendrás que luchar me temo). Motívalo, haz que cultive deseos, que quiera algo que obtendrá en un tiempo, en plan recompensa. Aprenderá a «degustar» sus deseos y evitarás que crea que la felicidad depende de las posesiones.
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No criticar de forma agresiva: a nadie delante del niño. Le mostraría una frivolidad que puede marcarle, sobre todo si lo haces de forma repetitiva. Por muy enfadad@ que estés usa una retórica menos dura cuando el niño esté presente.
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Muéstrale que siempre hay alternativas: a veces la solución no es fácil en la mente del niño. Ayúdale a que entienda que hay opciones. Sugiérele tú diferentes salidas a un problema que s ele plantee. Por ejemplo; quiere un juguete que tiene otro niño, en vez de quitárselo dile que se lo pida.
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No infravalores sus sentimientos: si se enfadas por algo que crees sin importancia no te rias o le hagas pensar que no te importa. Sé empátic@ y muéstraselo diciendoselo: «te entiendo, vamos a buscar soluciones».
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No te muestres arrogante: sé amable con tus contanctos delante del niño porque él copiará tu comportamiento. Más que «en los genes» las formas y las actitudes de nuestros hijos están determinadas por la imitación que éstos, de forma inconsciente, hacen de nostros.
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Enséñale a relacionarse: se amable con los pequeños amigos del niño. Enséñale a que comprata sus juguetes y no le des la razón siempre. Evita que entre en su cabeza aquello de «esto es mio» porque se hará pues con el concepto de la propiedad y se volverá egoista.