La leche materna aporta a los bebés durante los primeros meses de vida todo lo que necesita y, además, se adapta los cambios estancionales. Así que, aunque haga mucho calor en primavera o verano no es necesario darle agua o más líquidos al bebé, con leche materna tu peque está bien hidratado.
Si el peque tiene sed, pedirá pecho con más frecuencia y, normalmente, las tomas durarán menos tiempo.
Darle agua además puede ser dañino para tu bebé porque produce un efecto saciante, y hará que tome menos. Si le das agua tu bebé no se beneficiará de los nutrientes que le aporta la leche materna, es decir, si le das agua es como si engañaras al estomago del peque, ya que tomará menos leche.
Así que si hace mucho calor lo adecuado es aumentar la frecuencia de las tomas, con el fin de producir toda la leche que tu bebé necesita.