El embarazo es un momento precioso de toda mujer pero también delicado porque pueden aflorar afecciones que hasta ese momento habían sido asintomáticas y pueden hacer peligrar la futura maternidad. Una de esas afecciones es el útero bicorne, una malformación hereditaria que hace que el útero sea doble a la altura de las Trompas de Falopio mediante un tabique, haciendo que el útero tenga forma de corazón en lugar de pera. Su tratamiento es mediante una cirugía correctora, gracias a la cual se mejoran las condiciones uterinas y se aumentan las posibilidades de un parto sin complicaciones.
Una histeroscopia, una ecografía transvaginal o una histerosalpingografía son métodos de diagnóstico para determinar si una mujer tiene o no útero bicorne. En este caso, una mujer que lo tenga y esté embarazada pasa automáticamente a ser un embarazo de alto riesgo dado que debido a la malformación, el feto puede que no encuentre espacio suficiente como para crecer correctamente.
Asimismo durante el embarazo pueden darse ciertas complicaciones, especialmente en los casos más pronunciados de útero bicorne, lo que puede provocar parto prematuro, abortos espontáneos o incluso, y en el peor de los casos, muere fetal.
Una mujer que cuente con útero bicorne y sea diagnosticado por un especialista, tendrá que guardar mucho reposo ya desde la semana 28 debido a que con esta afección el riesgo de que se sufra un parto prematuro es bastante alto.
Pero no todo van a ser malas noticias dado que se han producido casos de mujeres con útero bicorne que han pasado el embarazo y no han tenido ningún problema o incluso tener el útero así, tener hijos y nunca saber que se tiene. En cualquier caso, lo mejor es siempre ponerse en manos del especialista para que haga las pruebas pertinentes y descartar cualquier clase de problema.