Los ejercicios de Kegel tienen como finalidad el fortalecimiento de la musculatura del suelo pélvico y consisten en contracciones y relajaciones del músculo del suelo pélvico, a través de varias repeticiones hasta conseguir que estos desarrollen una fuerza y una resistencia mayores. Para que seas capaz de realizar estos ejercicios correctamente primero debes ser quien de identificar cada músculo por separado. Para conseguirlo, cuando tengas muchas ganas de hacer pis y estés orinando, detén la micción de forma completa. ¡Y músculo detectado!
Si acabas de ser mamá, esto te interesa. Cuando acabas de dar a luz la musculatura de tu suelo pélvico se debilita y puedes llegar a padecer diversos problemas, como pueden ser la incontinencia urinaria o las disfunciones sexuales. Para evitar que esto suceda tendrás que tonificar de nuevo los músculos del suelo pélvico. Pero, ¿cómo se fortalece el suelo pélvico? Pues con los ejercicios de Kegel. En el post de hoy te enseñamos algunos básicos para que vayas empezando.
¡Vayamos entonces con los ejercicios básicos! Empezaremos con la posición: debes estar tumbada, con los pies apoyados en el suelo, las rodillas dobladas y la espalda perfectamente apoyada, sin dejar ningún tipo de hueco. En esta posición, haz como si estuvieras tirando de los músculos hacia arriba y mantén esta posición aproximadamente 5 segundos dejando salir el aire de forma suave y relajada. A continuación, deja que los músculos se relajen otros 10 segundos. Haz diez repeticiones de forma lenta, intentando aguantar la contracción cada vez más tiempo, pues esta será la que te dé la fuerza que necesitas. Con este ejercicio habrás aprendido a hacer la contracción lenta.
¡Vayamos ahora con la rápida! En este caso tan solo tendrás que contraer y soltar los músculos a la mayor velocidad que puedas. Intenta aguantar como mínimo 2 minutos y repetir esta serie al menos 10 veces diarias. Al principio te costará mucho, pero con el tiempo conseguirás ir aumentando el número de repeticiones diarias. Cuando llegues a 50 sabrás que lo estás haciendo bien.
Otro tipo de ejercicios un poquito más complejos son, por ejemplo, la contracción en onda y la contracción en ascensor. En el primero de ellos tendrás que ir contrayendo la uretra, la vagina y el ano y luego relajando en orden inverso. En el segundo, tendrás que imaginarte que tu vagina funciona como si fuese un ascensor. Divídela en varias plantas, siendo cinco el máximo, y vete contrayendo cada planta por separado y relajándolas en orden inverso.
Aunque al principio puedas no sentirte cómoda con estos ejercicios, en breves empezarás a notar su resultado. Piensa que la musculatura del suelo pélvico es más importante de lo que a priori crees, pues estos, entre otras funciones, se encargan de la sujeción de la vejiga, el útero y el recto y, consecuentemente, de su buen funcionamiento, por lo tanto, te garantiza que no sufrirás problemas de incontinencia urinaria debido a esfuerzos, disfunciones sexuales o incluso prolapsos.