Tras 35 semanas de gestación, el feto experimenta ciertos cambios significativos. A estas alturas el nacimiento ya se encuentra a cinco semanas de distancia (el embarazo dura 40 semanas) y el desarrollo del bebé ya está llegando a su fin. Mide 46 centímetros de altura y pesa alrededor de dos kilos y medio. Tiene los pulmones maduros, lo que le permitiría respirar por sí solo, si naciera prematuramente. No obstante, esto no significa que no pueda tener dificultades respiratorias durante los primeros días.
A partir de las 35 semanas de embarazo, ya estamos en el tramo final. Y es precisamente en esta fase final cuando el feto adquiere de la madre la inmunidad contra las enfermedades infantiles. Esta inmunidad es temporal y protege al bebé hasta que le sean suministradas las primeras vacunas.
No solo cambia el bebé: cambios en el cuerpo de la madre
El feto ha crecido y se va acomodando en tu vientre. Así que notarás una sensación de peso en la pelvis. Esto se debe a que esta zona está siendo presionada por el feto (ten en cuenta, que al peso del futuro bebé hay que sumarle el del líquido amniótico y el de la placenta). En cualquier caso, puedes también notar calambres en la vagina. No te preocupes, esto se debe precisamente a la presión del feto sobre la vejiga de la orina. No te extrañes si vas a orinar con más frecuencia de la habitual. La barriga crecerá considerablemente, lo que producirá que sobresalga el ombligo. No hace falta decir que ganarás peso.
Pruebas y controles a las 35 semanas de gestación
Paso a paso el feto se va desarrollando y, del mismo modo, las pruebas que tendrás que ir haciendo irán sucediéndose. Entre las 35 y 37 semanas de embarazo, tendrás que hacerte la prueba del Streptococo agalactiae, una bacteria que puede provocar una infección en el bebé si está presente en la vagina cuando se produzca el parto. Además, entre las 33 y 37 semanas hay que hacerse la prueba de la anemia (hemograma), así como la repetición de la serología de toxoplasma, siempre que el resultado de las pruebas anteriores hubiera sido negativo. Por último, si vas a querer que se te administre la analgesia epidural durante el parto, entonces tendrás que hacerte pruebas de coagulación.