La vuelta al cole es ya una realidad y, del mismo modo que preparamos los libros, los uniformes o el material escolar, debemos empezar también a planificar los desayunos que tomarán nuestros hijos para que su rendimiento en el colegio sea óptimo. La primera comida del día no puede improvisarse ni ingerirse deprisa y corriendo, ya que aporta a los niños una buena parte de la energía y los nutrientes que necesitan para un crecimiento sano.
Por eso lo mejor es tener claro desde antes de acostarnos en qué va a consistir el desayuno del día siguiente. Levantándose con tiempo y preparando un buen desayuno conseguirás que los peques cojan esta rutina y evitar los temibles vómitos. Pero ojo, hacer un buen desayuno no consiste en cebarlos. Veamos algunos de estos consejos!
Un desayuno completo y saludable contendrá una cantidad suficiente de vitaminas, fibra e hidratos de carbono. Un bol de leche con cereales, a ser posible con poco azúcar, acompañado de un zumo o una fruta y algún fiambre puede ser un ejemplo ideal.
Hay niños que no tienen hambre recién levantados, y que incluso sufren náuseas si comen más de lo que su cuerpo les pide en esos momentos. Para ellos puede ser una buena alternativa un yogur con muesli o miel, seguido de un batido de frutas. El clásico vaso de leche con cacao y galletas también es una opción perfectamente saludable, aunque conviene acompañarlo siempre con una fuente de vitaminas, como una pieza de fruta o un zumo.
Algo que ningún niño debería hacer jamás es marcharse al colegio en ayunas o solamente con un vaso de leche en el estómago, ni siquiera si se lleva algo en la mochila para el almuerzo. Conviene además que nuestros hijos se tomen su tiempo para desayunar en un ambiente relajado, para lo cual es aconsejable adelantar la hora de levantarse y dejar todo el material escolar y la ropa preparados la noche anterior.
Foto vía; cookinglight