La medición del pliegue nucal se realiza más o menos a la semana 12 de gestación. En la nuca del bebé se acumula líquido de forma natural y temporal en esta etapa del embarazo, a partir del segundo trimestre. Se puede apreciar de forma fiable a través de ecografía a partir de esa etapa, que es cuando el futuro bebé alcanca una longitud de cráneo a glúteos de entre 38 y 84 milímetros.
¿Cómo se mide?
Se mide a través de una ecografía específica de traslucencia nucal (TN), en la cual el médico intenta que el bebé se coloque en el vientre de costado, para que pueda verse su longitud. Una vez lo logra, procede a medir la traslucencia del tejido nucal. Es decir: comprueba el espesor máximo que existe entre la piel del feto y el tejido blando del mismo a lo largo de toda la parte cervical de la columna vertebral.
¿Para qué sirve esta prueba?
Esta prueba es una forma de descartar posibles anomalías en el bebé. Si tras la medición de espesor se comprueba que dicho espesor supera los 3 milímetros, existe un mayor riesgo de que el feto padezca anomalías cromosómicas, tales como malformaciones, retrasos en el crecimiento o Síndrome de Down.
La prueba de la medición de pliegue nucla suele ir acompañada de otra prueba, que sirve para determinar con más exactitud si el feto padece anomalías cromosómicas causantes de Síndrome de Down o también de Síndrome de Edwards. Esta prueba se llama triple screening.
Ventajas y desvetajas de la medición del pliegue nucal
Las ventajas son más que los inconvenientes. Se trata de una prueba indolora, sin riesgo para el feto (a diferencia de otras pruebas necesarias durante el embarazo, tales como la amniocentesis). Además sirve para ver si el desarrollo y crecimiento del futuro bebé es normal, y en caso de no serlo, pone en clave de alarma al especialista a tiempo para poder averiguar el motivo y ponerle solución. Otra de las ventajas es la posibilidad de descartar anomalías cromosómicas con ella.
La única desventaja es que es una prueba que no es fiable 100%, y necesita complementarse de otras a lo largo del embarazo, como el triple screening, para confirmar una sospecha que plantee su resultado. Esto quiere decir que aunque el resultado de la prueba indique que el bebé tiene un espesor nucal de más de 3 milímetros, no siempre se puede deber a que padezca una anomalía cromosómica. Se necesitan más pruebas durante más tiempo para confirmarlo.
No obstante hay que recalcar que la efectividad de esta prueba aumenta día a día, y es muy recomendable que la realicen todas las embarazadas.