Acabas de tener una niña preciosa, y te apetece ponerla bien guapa con unos pendientes, pero no sabes cuando es el mejor momento para hacerlo. Lo mejor es hacérselos al poco tiempo de nacer, cuando son pequeñitos, ya que apenas se enteran, por eso suelen hacerse durante la primera semana de vida del bebé.
Lo más común es que los agujeros de los pendientes se hagan directamente en la maternidad donde nace la niña. El personal de enfermería son profesionales de confianza, acostumbrados a estas tareas, y suelen hacerlo muy bien.
Hay unos aparatos que perforan la oreja con un dispositivo mecánico, similar a una pistola, y ya dejan colocado el pasador en el orificio.
A veces puede aplicársele una crema anestésica en el lóbulo media hora antes para evitar el dolor, pero este método apenas se usa porque es un pinchazo muy pequeñito del que apenas se enteran.
Lo que sí es necesario, es una vez colocado el pendiente, tratar la zona con un antiséptico. Asegúrate además que los pendientes sean de un metal noble que no cause ningún tipo de reacción alérgica en el bebé.
