Una mala alimentación durante el embarazo y la lactancia podría causar daños irreversibles perdurables en los hijos que van desde la enfermedad cardiaca a la diabetes, según un estudio realizado en modelos experimentales por investigadores del Real Colegio de Veterinaria en Londres.
Los investigadores, dirigidos por Stéphanie Bayol y Neil Stickland, alimentaron durante el embarazo y la lactancia a hembras de un modelo animal con una dieta de «comida basura» que incluía patatas fritas de bolsa, queso, magdalenas y otros alimentos procesados.
Las crías, que nacieron con sobrepeso, preferían la comida basura. Pero incluso cuando se les alimentaba con una dieta sana, las crías tenían una variedad de problemas médicos que duraban incluso hasta la vida adulta.
Tenían niveles elevados de colesterol y triglicéridos, ambos aspectos asociados con la enfermedad cardiovascular. La insulina y la glucosa en la sangre también eran demasiado altas y también son causa de diabetes tipo 2. Los animales seguían mucho más obesos que los normales con grasa extra alrededor de los riñones, otro factor de riesgo de la diabetes. Las hembras de estas camadas se veían más afectadas, con niveles elevados de glucosa y de leptina, la hormona que promueve el apetito, lo que las hacía propensas a la obesidad.
Según explica Stéphanie Bayol, coautora del estudio, «parece que la dieta de la madre mientras está embarazada y dando de mamar es muy importante para la salud a largo plazo de sus crías. Esto no significa que la obesidad y el deterioro de la salud sean inevitables, de ahí la importancia de una alimentación equilibrada durante el embarazo.
Los investigadores creen que estos resultados podrían trasladarse a los humanos ya que el ser humano comparte varios sistemas biológicos fundamentales con las ratas utilizadas en este modelo experimental, así que hay buenas razones para asumir que los efectos que se observan en el modelo utilizado, se podrían repetir en los humanos.