El rotavirus es un virus que produce una infección gastrointestinal que cursa con diarreas, vómitos y fiebre y el causante más frecuente de gastroenteritis aguda en lactantes y niños pequeños, que corren un mayor riesgo de deshidratación y en ocasiones, hospitalización debido a su escaso peso corporal.
La mejor prevención contra este virus es la higiene ya que es altamente contagioso a través de las manos y objetos, así como a través de la heces.
La gastroenteritis rotavirus tiene un comienzo agudo con fiebre y vómitos que sigue 24-48 horas más tarde con diarrea acuosa. El niño presenta un elevado número de deposiciones (10-20), que habitualmente no contienen sangre y que persisten de 3 a 8 días. La fiebre puede ser alta ocasionalmente, aunque lo habitual es que sea moderada. Los vómitos ocurren en el 80-90% de los niños y no suelen durar más de 24 horas. La asociación de una diarrea profusa junto a los vómitos da lugar a una deshidratación más o menos grave, en un elevado porcentaje de niños, especialmente en los lactantes más pequeños.
El tratamiento es bastante sencillo, consiste en la administración de soluciones de rehidratación oral con el fin de sustituir la pérdida de sales y líquidos. Y en ocasiones exige hospitalización.
Lo más sensato es acudir al pediatra en cuanto aparezcan los síntomas.
Otra forma de prevenir este virus, es a través de una vacuna contra el rotavirus, que desde 2006 existen y que se aplica por vía oral. Normalmente se recomienda aplicar a los bebés a partir de las 6 semanas y hasta los 6 meses de vida.