De la misma manera que cada vez nos lucimos menos en la cocina y acudimos más a precocinados, cada vez es más habitual darles de comer a los bebés con potitos comerciales. El ritmo de vida acelerado, junto a la posibilidad de comprar el producto ya preparado, hace que muchos padres opten por esta opción para la alimentación de su hijo.
Sin embargo suele quedarles un come-come… ¿son estos potitos tan nutritivos como las papillas caseras? ¿pueden causar algún problema a los más pequeños?
Lo primero de todo tranquilizarlos…La preocupación por la composición nutricional de los alimentos infantiles ha llevado que esté muy regulado su valor nutritivo y, por tanto, comprar potitos comerciales es garantía de un correcto valor nutricional y de óptima calidad higiénica.
Eso sí… según se publicó el pasado año en el boletín de la Sociedad Catalana de Pediatría, las papillas caseras pueden llegar a ser hasta un 40% más nutritivas. Esto es así cuando las papillas se elaboran con productos frescos y naturales, ya que se conservan todas sus propiedades, además del sabor, porque lo que es innegable es que lo casero siempre tiene más subtancia que lo comprado.
En concreto, se observó que, por ejemplo, los potitos industriales de frutas tienen el doble de azúcar que las papillas caseras. Y en el caso de las de verduras, las caseras tienen un mayor índice de grasas, pero muchísimas menos grasas saturadas.
La conclusión es que a tu hijo no le va a pasar nada por tomar potitos industriales, pero lo que no puede ser es que haya niños de 10 meses que no hayan probado un puré casero en su vida.
Lo ideal es combinar las dos formas de alimentación aprovechando sus ventajas. A diario, comida casera, nutritiva y sabrosa. De vacaciones, o los días que estés estresad@, potitos industriales.
¿Cómo alimentas a tu hijo? ¿Qué opinas de la calidad de los potitos comerciales?
Vía: Consumer y Pediatria Catalana