¿Debes renunciar a un bonito y veraniego tono de piel porque estás embarazada? La respuesta es no, sin embargo, debes extremar las precauciones y ser consciente de que el sol debes tomarlo con mucha moderación.
La acción de los rayos solares resulta muy beneficiosa para la embarazada ya que estimula la creación de vitamina D en el organismo, que favorece la absorción de calcio. Pero para eso llega con dar un paseo, no hace falta tostarse en la playa. ¿Donde está el punto medio a la hora de tomar el sol? ¿piensas que las cremas solares pueden ser perjudiciales para el bebé? ¿tienes miedo de la aparición de manchas en la piel? Para resolver esas dudas, sigue leyendo.
1. ¿Cómo debo tomar el sol?
Durante el embarazo debes extremar las precauciones ante el sol. Si una exposición solar excesiva es siempre peligrosa, durante estos meses tu piel está mucho más sensible debido a las variaciones hormonales. Hay una serie de precuaciones que debes respetar:
- No bajes a la playa a las horas centrales del día (entre las 12.00 y las 16.00). Lo mejor es que te acerques a última hora de la tarde, cuando ya no hace tanto calor.
- Utiliza sombrero para cubrir tu cabeza.
- Alterna la exposición al sol con estancias bajo la sombrilla.
- Utiliza crema solar SIEMPRE. Lo ideal es que uses un factor pantalla total, pero si no quieres, al menos no bajes del factor 30. Presta especial atención a la zona del rostro y a la de la barriga.
- No debes ir a la playa si hace mucho calor. Los sofocos son frecuentes entre las embarazadas y además un calor excesivo es negativo para el feto. Si las temperaturas superan los 35 grados es mejor que te quedes en algún lugar fresco.
2. ¿Puedo utilizar crema solar?
No sólo puedes sino que debes utilizarla. Pero antes de elegir tu crema solar consulta con el farmacéutico, pues es cierto que las cremas utilizan diferentes componentes que pueden absorverse por la piel. Deja que él te recomiende cuál es la ideal para ti.
Si vas a pasar el día al aire libre, es fundamental que te eches una crema al menos de factor de protección 15 en todas las zonas del cuerpo que lleves al aire. Si pretendes tomar el sol, el factor debe ser más alto todavía.
3. ¿Me van a salir manchas en la cara?
El cloasma o máscara del embarazo se trata de una variación en la pigmentación de ciertas áreas de la piel, dando lugar a zonas de piel más oscuras (especialmente en las áreas que rodean labios, ojos, pómulos, frente y nariz). Es un problema estético bastante común en el embarazo, aunque suele desaparecer por si sólo tras el mismo, cuando la organización hormonal vuelve a la normalidad.
No se sabe las causas del cloasma, pero sí se sabe que hay un componente hereditario, así que tienes más posibilidades de que te ocurra si le ha pasado a tu madre o a otras mujeres de tu familia. Además, es más frecuente en mujeres de piel morena, ya que tienen mayores concentraciones de melanina. Además, con frecuencia las mujeres morenas se protegen menos del sol, y se ha comprobado que el sol es un factor desencadenante determinante, ya que estimula la actividad de la melanina.
La mejor prevención contra el cloasma es evitar una exposición excesiva al sol y utilizar cremas solares con un factor de protección alto.
4. ¿Cómo puedo ponerme morena entonces? ¿Puedo usar autobronceadores? ¿Y rayos UVA?
Utilizar autobronceadores es una buena opción para mostrar un color agradable sin exponerte a los riesgos de tomar el sol. En principio las cremas autobronceadoras quedan en la zona más superficial de la piel, así que no suponen un riesgo para el bebé, pero la verdad es que aunque no se conoce que tengan consecuencias perjudiciales, tampoco se puede probar lo contrario, ya que no hay demasiadas investigaciones centradas en este tema. Consulta con tu médico.
Eso sí, asegúrate de probar el autobronceador primero sobre una región pequeña de tu piel, para comprobar que no te da ningún tipo de reacción y que el resultado es el deseado.
Los rayos UVA son una cuestión muy diferente, ante la que la respuesta es radicalmente NO. Tomar rayos UVA es tan peligroso como tomar el sol en la playa, ya que produce una sobreexcitación de la melanina. Además, la subida del calor corporal puede resultar nociva para el bebé.