Según un estudio reciente, uno de cada seis niños españoles toma bollería industrial a la hora de la merienda. Ese estudio se ve refrenado por la experiencia personal, no hay más que ir a la puerta del colegio para ver que en la bolsa de la merienda los bocadillos de toda la vida dejan paso a bollycaos y batidos chocolateados. Y es mucho peor cuando los niños son mayores y reciben directamente dinero: o has educado increiblemente bien a tu hijo o es díficil que se le de por comprarse una manzana.
Sólo en la última década, el consumo de bollería y repostería industrial se ha multiplicado por 10. No quiero parecer alarmista, pero las consecuencias en la salud de los más pequeños son evidentes: obesidad, niveles de colesterol disparados, caries a edades cada vez más tempranas… por no hablar de las consecuencias no tan evidentes, como el aprendizaje de unas rutinas alimentarias dañinas que les acompañarán durante años.
Por mucho que estos productos traigan cromos de los personajes favoritos de tus hijos o están completamente seducidos por su sabor, no debes olvidar que su nivel nutritivo es bajo y su cantidad de azúcares y grasas muy alto. Aunque también es cierto que su contenido en grasas difiere según el producto, y es mucho mejor darle a nuestro hijo un bollycao, que un pastelito con chocolate Panrico, Phoskitos o Tender Milka, cuyo contenido en grasas saturadas -que se relacionan con el colesterol alto-es estratosférico (en torno al 70%).
Esto tampoco quiere decir que haya que prohibir la bollería industrial, pero debe consumirse de forma ocasional y acompañada de frutas y lácteos. Porque a pesar de que en la publicidad estos productos hacen hincapié en su alto contenido en leche, lo cierto es que su nivel de proteínas es mínimo, algo muy necesario en período de crecimiento.
Creo que estarás de acuerdo conmigo en que es mejor cambiar la bollería industrial por otra cosa. ¿Quieres saber cual es la merienda ideal? Un bocadilllo (el pan es la fuente de energía más saludable para los niños, pero siempre que tenga un acompañamiento de calidad), un lácteo (yogur, quesitos…) y una pieza de fruta. No es tan dificil ¿no?
¿Que merienda tu hijo?