Los bebés tienen una gran sensibilidad a los cambios de temperatura bruscos es que su capacidad de autorregulación todavía no está madura.
La piel de los bebés no conserva bien el calor y lo pierde muy rápido por lo que es necesario prestar atención especial a la temperatura para qu eno pase ni frío ni calor.
En el cuarto de baño no debemos descuidar la temperatura ambiente, que debe ser cálida, exactamente debe mantenerse entre los 20- 25 grados.
El agua de la bañera también es un aspecto a tener en cuenta, debe estar a 37-38 grados. Antes de meter el bebé en el agua hay que comprobar la temperatura para evitar quemaduras o que pase frío. Debes utilizar un termómetro específico para comprobar la temperatura.