Una vez que comienzas a darle a tu bebé leche materna pueden surgirte un montón de dudas sobre cómo conservar la leche que has extraido con el sacaleches. Aquí tienes toda la información para conservar la leche materna en perfectas condiciones.
Aunque hay bolsas especiales de un solo uso para facilitar su transporte y conservación, la leche materna también puede guardarse en biberones, pero es preferible no hacerlo en frascos de vidrio, porque la leche contiene células vivas que tienen tendencia a adherirse en las paredes de ese material.
Si se empleas bolsas, es mejor no llenarlas más de tres cuartas partes, para evitar su derramamiento accidental y para que no se rompan al aumentar el volumen de la leche al congelarla.
La leche materna recién obtenida puede mantenerse de 10 a 12 horas a una temperatura ambiente de entre 19°C y 22°C, pero si no se va a consumir en la primera hora, es mejor guardarla en la nevera.
Siempre que se actúe con una limpieza escrupulosa, puede conservarse sin congelar durante un día o dos en un frigorífico normal.
Para transportarla, conviene hacerlo en una nevera portátil o en una bolsa isotérmica con paquetes de hielo o acumuladores de frío (imprescindible en el supuesto de que el transporte hubiera de durar más de 10 horas).
Si se vas a congelar, debes extremarse las medidas de higiene, guardándola en recipientes estériles de plástico o bolsas especiales herméticamente cerradas.
Puede conservarse entre dos semanas y seis meses, según la temperatura a que se congele. En el envase debes indicar siempre la fecha de preparación.