Un bautizo es una ceremonia religiosa que hay que tomarse muy en serio y para la que, si se está seguro de querer llevar a cabo, hay que tener en cuenta varias cuestiones fundamentales. El lugar, la ropa, los invitados y las repercusiones de esta decisión en la vida del bebé son algunos de los temas a tener en cuenta.
En primer lugar, los padres deben estar totalmente seguros de la decisión que están tomando al inciar a sus hijos en una realigión. El bautizo es eso, el comienzo de una vida cristiana, y durante la ceremonia el responsable, el cura, hace prometer a los padres que eduquen a su hij@ con una base realigiosa y católica.
Nunca se debe bautizar a un bebé por la presión familiar sino por firmes convicciones como tutores del niñ@. Si no se trasmite la fe religiosa tras la ceremonia, ésta habrá sido un mero trámite sin repercusión ni sentido en la vida del niñ@.
Si decides que prefieres que sea tu hij@ quien decida qué fe seguir (o no seguir ninguna) cuando tenga más edad, eso no significa que tengas por ello que rechazar una celebración. Siempre puedes organizar una comida familiar para celebrar el nacimiento del bebé sin necesidad de centrarlo en un tema religioso, sino como siemple bienvenida y agradecimiento a la vida.
En cualquiera de los dos casos anteriores la ropa del bebé juega un papel importante. Tanto en un bautizo como en una fiesta por el nacimiento, el bebé debe ir vestido de forma especial ya que es el el protagonista y debe hacerse notar. En cualquier tienda con ropa para bebé se pueden encontrar caros trajes de bautizo, con pololos, medias y capota incluída, en colores blanco y beige y tal vez algún detalle rosa o azul para diferenciar el sexo.
Si eres algo más modesto un simple traje en color crudo o blanco será perfecto. Eso sí, ten en cuenta la época del año en la que haces la celebración. Si es verano intenta que tu hij@ esté cómod@ con ropa fresca, y si es invierno busca un traje más abrigado, con panties incluídos.
Normalmente los bautizos son celebraciones íntimas, en la que los padres invitan a un número reducido de personas; normalmente parientes y amigos cercanos. Un grupo de unas 20 personas es perfecto para una pequeña comida en un restaurante o en la propia casa, sacando claro la vajilla para «ocasiones especiales».
Por supuesto cada celebración es personal y diferente, pero siempre es bueno tener en cuenta ciertos consejos que pueden facilitar la toma de decisiones…aún así no es fácil con lo que si estás organizando un bautizo…¡suerte!